Ayer tarde, hacia la puesta de sol, un reducido grupo de senderistas de "El Portazgo", acudió a la "Cueva de los Encantados", en el Picacho, a rendir tributo anual a la leyenda del caballero Bernardo Carpio.
Cual no fué nuestra sorpresa, al encontrarnos en la cueva a un Druida, Obama se llamaba, celebrando ritos iniciáticos del solsticio de verano. Nos comento que también él habia acudido atraido por la leyenda y que iba a pernoctar allí para intentar oir los sonidos del ejercito encantado.Deseamos que los los ritos del Druida sean fructíferos y aumente la fecundidad de nuestras tierras y de las personas que en ellas habitamos.
El próximo año volveremos de nuevo a encontrarnos con Obama, y ojalá nos haya ido a todos mejor.
24 junio 2009
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