
Cual no fué nuestra sorpresa, al encontrarnos en la cueva a un Druida, Obama se llamaba, celebrando ritos iniciáticos del solsticio de verano. Nos comento que también él habia acudido atraido por la leyenda y que iba a pernoctar allí para intentar oir los sonidos del ejercito encantado.

El próximo año volveremos de nuevo a encontrarnos con Obama, y ojalá nos haya ido a todos mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario